Energy UK[1] ha publicado el informe “Pathways for the GB Electricity Sector to 2030”, en el que se resumen las perspectivas del mercado energético en el Reino Unido, en base a una serie de entrevistas realizadas a los principales líderes, organizaciones y partes interesadas.
En los últimos años, el sector eléctrico británico está atravesando una serie de cambios significativos, como el cierre de las centrales de carbón, el crecimiento de las renovables y de la generación descentralizada, el renacimiento de las centrales nucleares o el impulso a la interconexión con Europa. El actual gobierno del Reino Unido, por su parte, está introduciendo diferentes modificaciones a su política energética como la eliminación de ciertos subsidios o el impulso al desarrollo de nuevas plantas nucleares y de ciclos combinados.
En este contexto de mercado, los entrevistados han ofrecido su visión sobre la transformación futura que tiene que atravesar el sector para garantizar que los británicos puedan gozar de un suministro eléctrico limpio, seguro y asequible en 2030. De sus respuestas se han extraído una serie de puntos de consenso que deberían ser considerados por legisladores y reguladores a la hora de formular y aplicar la política energética a futuro:
· Es preciso transmitir los costes y los beneficios de la descarbonización de la economía con una mayor claridad a los ciudadanos. Sean cuales sean los mecanismos que se planteen para la reducción de emisiones, es necesario establecer un debate abierto y transparente con la sociedad sobre el coste de transformar el modelo hacia uno más sostenible.
· Es recomendable que el gobierno adopte un enfoque más holístico a la hora de diseñar la política energética, considerando el impacto de sus medidas en otros sectores de la economía (calor y frío, transporte, etc.) e involucrando a estos en el proceso de descarbonización del modelo. Asimismo, habría que dar un mayor peso al consumidor, que cobra aún más importancia y protagonismo en el sistema como consecuencia de los avances tecnológicos.
· Es fundamental que la introducción de nuevas medidas vinculadas a la política energética respete los principios de estabilidad y previsibilidad, con el objetivo de proporcionar un nivel de confianza y certidumbre adecuado a los inversores. La industria es crítica con las recientes medidas del nuevo Gobierno para reducir el coste de los subsidio, la incertidumbre sobre el Levy Control Framework (LCF) a partir de 2020 y la falta de detalle sobre las próximas subastas de Contratos por Diferencias (Contract for Diference, CfD). El Reino Unido ha conseguido atraer más de 50 mil millones de libras de inversión para el sector eléctrico desde 2010, y la industria considera que a falta de estabilidad y previsibilidad regulatoria en el país, las inversiones futuras podrían fácilmente abandonar el país.
· Es necesario impulsar la eficiencia energética de una manera eficiente en costes dado su gran potencial de ahorro para los consumidores. En la actualidad, no existe consenso sobre el enfoque idóneo para trabajar sobre esta medida.
· La generación de energía de forma descentralizada y el desarrollo de sistemas de almacenamiento continuarán con su rápido desarrollo, pudiendo desempeñar un rol muy importante en el horizonte 2030. La irrupción de estos dispositivos pueden provocar que el sector eléctrico atraviese en los próximos años un proceso de evolución tecnológica similar al experimentado recientemente por las compañías de telecomunicaciones y las entidades financieras.
· La respuesta a la demanda (DSR, por sus siglas en inglés) tendrá un rol fundamental en la gestión del consumo energético. Sin embargo, existen dudas sobre si este fenómeno está recibiendo el impulso necesario por parte de los legisladores. Para aprovechar su potencial, será necesario desarrollar sistemas de tarifas variables en función del momento de consumo, de forma que transmita al usuario señales que sean capaces de modificar sus patrones de demanda.
· Es poco factible que se produzcan grandes incrementos en la demanda eléctrica en los próximos 10 años. Sólo una electrificación mayor de la esperada en los sectores del transporte o calor y frío podrían volver a impulsar su crecimiento.
· La transformación del sistema energético requerirá de una inversión significativa que se debería destinar al desarrollo de un mix energético equilibrado y sostenible y no a financiar proyectos de grandes centrales.
· Es recomendable incrementar los niveles de interconexión con Europa. Para ello, y de forma previa, será necesario establecer medidas que neutralicen las diferencias en regulación y fiscalidad energética existentes entre la Europa continental y el Reino Unido.
· Es necesario reformar el mercado mayorista británico, al estar fallando la transmisión de señales claras para atraer y dirigir la inversión.
· Se deben redefinir las funciones del Departamento de Energía y Cambio Climático (DECC), de Ofgem y del operador del sistema National Grid (NGET) para que se adapten al futuro sistema energético.
· Es preciso impulsar los programas de innovación alineándolos con la estrategia tecnológica del Gobierno.
[1] Energy UK es una asociación de compañías vinculadas a la industria energética que representa a más de 80 proveedores y generadores de electricidad y gas en Reino Unido